El Pacto de Ajuria Enea sobrevive a sus diferencias internas

El Pacto de Ajuria Enea, foro de los partidos democráticos para luchar por la pacificación del País Vasco, sobrevivió ayer, una vez más, a las diferencias entre sus componentes sobre temas clave como la autodeterminación, el diálogo con ETA, la relación de Euskadi con Navarra y la política penitenciaria. Pese a que no hubo avances en estos puntos, el Pacto entra en una nueva fase, seguirá trabajando para consensuar el "arreglo democrático" que acabe con la violencia e institucionaliza la celebración de reuniones cada tres meses.

Los partidos se comprometen a trabajar discretamente y sin límites para llegar a un final dialogado del terrorismo. "Lo que hoy no es posible puede serlo mañana", aseguró el presidente del PNV, Xabier Arzalluz.Al término de la reunión hubo interpretaciones radicalmente diferentes sobre la misma por parte de algunos participantes, especialmente sobre la propuesta del lehendakari, José Antonio Ardanza, que da prioridad a reforzar el consenso democrático. Arzalluz dijo que fue aparcado deliberadamente, sin debate ni votación; Ardanza no quiso definirse, y otros dirigentes afirmaron que el texto se aprobó como "documento de síntesis", con la única abstención de Carlos Garaikoetxea, líder de Eusko Alkartasuna, quien lo consideró insuficiente.

Entre tanto, se prepara la reunión de miembros del Parlamento Vasco con el preso etarra Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi, para tratar del plan de acercamiento de presos aprobado el jueves por la Comisión de Derechos Humanos. La delegación, que espera poder celebrar el encuentro antes de 10 días, estará formada por un diputado del PNV, otro de IU, otro de EA y otro de HB, los cuatro grupos que votaron a favor de la iniciativa. El vicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, declaró ayer que es un error dialogar con ETA mientras siga matando.