Cascos acusa a Polanco de ser "juez y parte", y a EL PAÍS, de mentir

, El vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, arremetió ayer en una entrevista en El Mundo contra Jesús de Polanco, promotor de la plataforma digital privada Canal Satélite, y contra el periódico EL PAÍS. Alvarez Cascos afirma que "Polanco pretende ser juez y parte, árbitro y contendiente, defender su interés y el de todos. Y eso no es posible en un régimen de libertades".

Según Álvarez Cascos, "luchar por la hegemonía es legítimo, pero tiene un límite, las reglas de juego que marca quien está legitimado para hacerlo en nombre del interés general. Y ése no puede ser un particular". La intervención del Ejecutivo en asuntos privados la sustenta en "la exclusiva legitimidad del Gobierno para defender el interés general".

Respecto al diario EL PAÍS, el vicepresidente primero dice que este diario "miente" cuando se acusa al Gobierno de utilizar al fiscal general del Estado, Juan Cesáreo Ortiz Úrculo, para arremeter contra ciudadanos que tienen un contencioso con el Gobierno.

"Esa noticia es falsa", afirma; "es mentira. La niego absolutamente. Niego que el Gobierno haya facilitado al fiscal información sobre estos asuntos en los que actúa. Niego que el Gobierno haya utilizado al fiscal en cuestiones que se refieren a Ferrer Europa o a Asensio [el presidente de Antena 3] o a Polanco. Y niego que el Gobierno haya instado al fiscal a actuar en tal o en cual dirección. Por tanto, esa noticia es una enorme mentira".

Álvarez Cascos niega que ésta sea la guerra digital del Gobierno: "El Gobierno no tiene guerra digital ninguna ni está en guerra con nadie. Lo que sí tiene es un programa y una política para desarrollarlo. A partir de ahí cada cual puede juzgarnos como quiera. La opinión es libre. Pero a lo que nadie tiene derecho es a informar sin respetar la verdad. Y EL PAÍS no respeta la verdad. En este tema no informa verazmente".

El vicepresidente del Gobierno insiste en que su pasado no es fascista: "Mi biografía es muy clara. No tengo ninguna relación don el régimen de Franco. No he jurado los principios del Movimiento. Así que, en esta línea, todo lo que se diga pertenece al catálogo de los insultos. Pero he desarrollado mucho mi sentido del deber y no va a influirme ningún tipo de presión, ni siquiera la que recurre el improperio. No olvidemos que el fascismo consiste en imponer a todos el interés de unos pocos".