Nigeria sigue cosechando éxitos

, Nigeria sigue cosechando éxitos en el panorama internacional. Al éxito indiscutible en los pasados Juegos Olímpicos, hay que añadir su victoria ayer en la final de la Copa Meridien, una especie de Mundial sub 17. Las cualidades técnicas y atléticas de los jugadores nigerianos siguen imponiéndose a su falta de calidad táctica, un problema que parece irresoluble en estos momentos a la vista de las dificultades de la federación para contratar técnicos de cierto prestigio. La velocidad y su facilidad para el juego ofensivo fueron argumentos suficientes para derrotar al conjunto español, mejor ubicado sobre el campo.Pese a dominar el juego y controlar la posesión del balón, la selección española ha perdido en una emotiva final, ante un equipo cuyos delanteros supieron aprovechar las ocasiones de peligro que crearon ante la meta de Soto. Los jóvenes entrenados por Nieto López se han visto traicionados por los nervios ante el área nigeriana, donde el central Anyaele dominó la situación casi en todo momento, bien asistido por sus laterales.

La primera mitad estuvo marcada por el dominio español del centro del campo y por la inoperancia a la hora de profundizar. El primer gol español surgió precisamente en una acción del defensa Jusué, que aprovechó un clamoroso fallo de la defensa.

En la segunda parte, con empate a un gol en el marcador, España presionó más, empujada por un Xavier Hernández que había permanecido inédito hasta entonces. En pleno dominio español llegó un impresionante gol para Nigeria, a través de un rápido contraataque rematado por Igbinadolor, que acababa de salir. al terreno de juego. Este jugador desarticuló a la defensa española y Antonio Hidalgo, en una tentativa poco ortodoxa de detenerlo, vio la tarjeta roja.

Con diez hombres en juego, los españoles redoblaron sus esfuerzos y consiguieron empatar por segunda vez el marcador, en la que fue posiblemente su mejor jugada de la tarde, culminada con un pase en profundidad de Hernández a Pablo González. Los españoles dejaron atrás espacios que los nigerianos aprovecharon para decidir el encuentro, en virtud de la notable técnica de Igbinadolor y Nwankpa.