Codigo médico

EL CONSEJO de Colegios de Médicos de Cataluña ha adoptado un nuevo código deontológico, que en los próximos meses será sometido a la consideración de todos los colegiados. El texto aborda cuestiones que en los últimos años han sido controvertidas y a las que el código ético aprobado en 1978 no daba respuesta adecuada. Desde cómo deben actuar los médicos ante nuevas técnicas de difícil validación, que a menudo se presentan como alternativas, a cómo afrontar cuestiones como la eutanasia, la voluntad del menor o las huelgas de hambre, en las que los médicos intervienen de forma directa.El código consagra como principio básico la primacía de la voluntad del paciente sobre las creencias del médico y sobre los criterios de terceros. Así, ante la muerte, los médicos, habrán de tener en cuenta que el enfermo tiene derecho a rechazar el tratamiento para prolongar la vida y a morir con dignidad. Respetará asimismo la voluntad del paciente en huelga de hambre, prescindiendo de su criterio sobre la huelga, y sólo intervendrá en sentido contrario si media una orden judicial. Especialmente novedosa es la aplicación de este planteamiento a los menores: el médico respetará la voluntad del menor cuando él estime que tiene capacidad para, discernir las consecuencias de su decisión. Por ejemplo, respetará la voluntad de una adolescente embarazada ante la posibilidad de abortar, aun cuando la familia sostenga la opinión contraria. Este punto, sin embargo, plantea una duda: de hecho, deja en manos de la subjetividad de los médicos valorar cuándo un menor está capacitado o no para tomar la decisión.

El código plantea una larga serie de normas éticas para evitar abusos en la experimentación científica o en la aplicación de las técnicas de reproducción asistida, defender el derecho a la intimidad de los pacientes ante las nuevas redes informáticas de acceso múltiple, e incluso cómo actuar en caso de huelga y frente a las instituciones, con planteamientos tan novedosos como establecer la obligación de denunciar las deficiencias que pongan en peligro la calidad asistencial.

El médico tiene también la obligación de denunciar a cualquier colega que, por su actuación, pueda poner en peligro a los pacientes (una enfermedad contagiosa, por ejemplo). Al abrir esta reflexión ética y plasmarla en normas realistas, los médicos de Cataluña han roto muchas barreras gremies en beneficio de los usuarios de la sanidad, a quienes se deben, aunque alguna vez parezca todo lo contrario.