Clemencia para un fresno centenario

Hasta hace pocos años, el río Tajuña, a su paso por la localidad de Perales de Tajuña, estaba arbolado y repleto de vida. Hoy, debido a la grafiosis (enfermedad del olmo) y a los vertidos sin tratar y altamente tóxicos de municipios y fábricas desaprensivas que envenenan el río con casi total impunidad, está deforestado, muerto y pestilente.En breve, la Confederación Hidrográfica del Tajo construirá una pequeña caseta equipada con un medidor de caudal... y aquí viene lo increíble:

Con todos los kilómetros de río sin árboles, necesitan el pequeño espacio vital que, junto a otros árboles más jóvenes, precisa un espléndido ejemplar de fresno centenario, que lucha por sobrevivir a tanta adversidad.

En septiembre, una pala terminará en minutos con algo maravilloso e irremplazable. El no puede suplicar clemencia, pero, con ayuda de su periódico, yo la pido por él, y por tantos casos como éste que ocurren día tras día.

Señor ingeniero, topógrafo, en sus manos está no acabar con el único fresno centenario de la zona. Hay mucho espacio donde colocar el "importante artilugio", medidor de caudales, que ni oxigena el aire ni protege el suelo, y, sobre todo, no es bello.-