El Gobierno argentino aplicará duras medidas para reducir el déficit fiscal

Las medidas preparadas por el Gobierno argentino para reducir su agobiante déficit fiscal, 2.800 millones de dólares (3,5 billones de pesetas), y cumplir con el Fondo Monetario Internacional (FMI) van a ser más duras de lo previsto inicialmente e incluirán una subida de los combustibles, un encarecimiento, medio en tomo al 4% en el transporte de pasajeros, la eliminación de subsidios estatales, una reducción del 10% en los reembolsos a las exportaciones y del gasto público, y una mayor contribución patronal a las arcas públicas.

La meta fundamental del nuevo ajuste, pendiente de retoques y de la aprobación presidencial, es recaudar unos 1.600 millones de dólares (dos billones de pesetas) en el actual ejercicio, cuantía apalabrada con el FMI.El desequilibrio de las cuentas fiscales y los acuciantes problemas sociales existentes en el país -puestos de manifiesto en la reciente huelga general de mayoritario seguimiento- obligan al Gobierno a hilar fino en la adopción de medidas de recorte, que la Administración considera inevitables, un sector del empresariado critica y los sindicatos de nuncian como ejecutadas en detrimento de los más débiles.

"Si pedimos un esfuerzo, se lo vamos a pedir a todos los sectores y no sólo a uno", ha prometido de nuevo el presidente Carlos Menem, quien reconoció la necesidad de replantearse la política de subsidios y aplicar sanciones duras contra la escandalosa evasión fiscal detectada por los inspectores de Hacienda.- Nada nuevo para quienes reclamaron siempre mayor dureza contra la corrupción. "Que los que menos tienen paguen menos, y el que no paga que vaya preso", ofreció Menem.

Reunión con Fernández

El jefe del Ejecutivo se reunió ayer con el nuevo ministro de Economía, Roque Fernández, para ultimar unas medidas que también analiza el llamado Grupo de los Ocho, agrupación de los principales consorcios empresariales argentinos. Mientras, Fernandez -que está bajo la lupa, de los agentes económicos y sociales y prepara su reválida ante el Congreso- mantiene las líneas esenciales de su antecesor en el cargo, Domingo Cavallo.Susceptibles de las modificaciones impuestas por el temor de Menem a protestas dé peso, las principales medidas dispuestas por Roque Fernández, que no incorporan iniciativas Concretas de promoción de empleo, suponen un aumento de hasta 12 centavos (unas 15 pesetas) en el precio del litro de gasóseo, lo que supone un 46% de incremento, tres centavos (casi cuatro pesetas) en la gasolina súper, y seis centavos en la normal (siete pesetas). Las tarifas del metro y trenes de pasajeros -subsidiados por el Estado- registrarán un progresivo aumento en taquilla: hasta un máximo del 30%, según los primeros cálculos.

El aumento de las aportaciones patronales llegará al 15% y afectará con mayor intensidad al interior del país y grandes empresas de servicios de la capital federal y Gran Buenos Aires. El salario de los funcionarios también será revisado a la baja.