Lágrimas por Superman

La ceremonia del lunes, que, según estima la Academia, llegó a 1.000 millones de telespectadores en todo el mundo, estuvo como de costumbre salpicada de varios números musicales, homenajes especiales y gags sorpresa a fin de alargar a tres horas y media la entrega de 24 oscars. Uno de los momentos más bajos llegó con la canción Have you ever really loved a woman?, interpretada con pretendido aire hispánico por Bryan Adams y un ballet tremebundo. Lo mejor, una intervención a cargo del grupo británico Stomp, experto en percusiones, con palos de escoba y cubos de basura. Vanessa Williams cantó una de Pocahontas, Randy Newinan y Lyle Lovett interpretaron el tema de Toy story y Bruce Springsteen hizo lo propio con su sombría canción para Pena de muerte.

Sin duda, la intervención de Christopher Reeve en silla de ruedas fue un momento capaz de exprimir lágrimas a gran parte del auditorio. Reeve hizo una presentación de fragmentos de películas de "importante" mensaje social y tuvo que repetir "gracias" una docena de veces antes de que se calmaran los aplausos que le estaban dedicando. El protagonista de Superman, que quedó paralítico tras un accidente montando a caballo, bromeó: "He salido de Nueva York en septiembre del año pasado y acabo de llegar a Los Angeles ahora". Pese a tener un respirador conectado a la laringe, Reeve demostró estar controlando bastante bien su dicción y su respiración.

Kirk Douglas recibió luego un Oscar por el conjunto de su carrera, de manos de Steven Spielberg, y pronunció con gran dificultad unas breves palabras, muy decaído físicamente a causa de una trombosis reciente. Mirando a Michael Douglas y al resto de sus hijos, dijo: "Están muy orgullosos del viejo, y yo también lo estoy".

Otro premiado de honor fue el animador Chuck Jones, quien también apareció muy débil, creador del universo Bugs Bunny, quien reconoció "ser culpable de haber hecho unos trescientos dibujos animados a lo largo de 50 años".