Una espléndida antología de un desconocido Sorolla

La exposición antológica sobré Joaquín Sorolla, que a partir de esta tarde puede contemplarse en la sala de exposiciones de la Fundación Mapfre Vida, además de merecer el calificativo de acontecimiento cultural, tiene todos los visos de convertirse en un lugar de peregrinación masiva del amplísimo y entusiasta público que sigue todos los pasos del deslumbrante pintor valenciano.Pero vamos por partes: esta muestra es una acontecimiento cultural porque ha logrado no sólo reunir 80 pinturas de Sorolla, sino también, y en no poca medida, por la procedencia extraordinaria de muchas ellas, que, bien pertenecen a colecciones extranjeras -Museo de La Habana, Metropolitano de Nueva York, Galería Nacional de Arte Moderna de Roma, Galería Internacional de Arte Moderna de la Ca'Pesaro de Venecia, Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, Museo de Arte de Filadelfia, Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile, Museo de Arte de San Diego-, bien a colecciones españolas poco o nada frecuentadas por el público madrileño, como la colección Masaveu, entre otras muchas.

Así que, recordando la apoteosis de público que suscitó, en 1984, esa mítica exposición de Los sorollas de La Habana, cuando fue presentada en Madrid, muchos de cuyos cuadros repiten presencia en la convocatoria actual, se puede calcular la respuesta que se ha de producir ahora. En este caso, el aliciente de complementariamente, poder contemplar otras muchas obras nunca vistas antes o difícilmente accesibles a nuestros aficionados justifica el entusiasmo.

Por lo demás, las fechas en las que nos encontramos, muy próximas a la celebración del 98 y ya por completo dentro del así llamado fin de siglo, alientan el interés por una de nuestras más representativas y polémicas figuras de nuestro arte de fines del XIX, cuyo sentido regeneracionista no sólo tuvo su lado negro, como bien demuestra la luminosa y saludable pintura de Sorolla, que no en balde escandaliza a Unamuno.

En blanco o en negro, la Fundación Cultural Mapfre Vida viene realizando, de unos años a esta parte, una admirable revisión de nuestro arte finisecular, que tuvo hitos memorables, como las monográficas dedicadas a Solana o a Romero de Torres, culminándose ahora esa labor con ésta de Joaquín Sorolla, cuya abundancia y calidad desborda las mejores expectativas concebibles al respecto.