Trampa en los juzgados

Desde que KIO presentó la demanda en Londres en abril de 1993, reclamando 500 millones de dólares a Javier de la Rosa, el financiero ha intentado bloquear esta causa alegando que la justicia española era la competente.Sus abogados sostienen que los tribunales naturales para juzgar el caso son tanto el juez Miguel Moreiras, instructor de la querella criminal presentada en la Audiencia Nacional, como un juzgado de Barcelona,en este caso por una demanda presentada por su sociedad Quail contra KIA, el organismo supervisor de KIO.

Los jueces británicos rechazaron esas alegaciones al considerar que ni las operaciones juzgadas eran las mismas ni eran los mismos protagonistas.

Tras el fracaso de ese frente, De la Rosa intenta ahora conducir su estrategia hacia la Audiencia Nacional, donde está el polémico juez Moreiras. El fiscal jefe, José Aranda, solicitó a Moreiras que tomase declaración a De la Rosa. El juez le ha citado para el próximo día 27.

Antes de acudir, De la Rosa se ha decidido a calentar motores y ha afirmado que en marzo de 1994 ya reveló ante Moreiras las transferencias a las cuentas de Manuel Prado y a una empresa panameña, Horowitz, relacionada con el empresario Enrique Sarasola. Esto, sin embargo, no es cierto.

En esos testimonios consta que De la Rosa no contestó a la mayoría de las preguntas formuladas por los abogados de Torras, referidas en general a las salidas de dinero de la empresa española. En la misma línea, insiste ahora en que lo instruido en Londres ya aparece en la querella de Madrid. Tampoco es así.

Javier De la Rosa confunde y mezcla todas las causas. Coloca una trampa para ver si algún juez toma una iniciativa imprevista que le favorezca.