Un museo emparedado
"Esto debería quedarse así hasta el final de los tiempos", pensé cuando visité por primera vez las ruinas de la Biblioteca Nacional de Sarajevo. El techo estaba hundido y con él todos los suellos y paredes interiores; los muros exteriores y los pilares más sólidos seguían en pie, pero, calcinados y leprosos, parecían el decorado de una película de terror; el suelo estaba alfombrado de escombros y cenizas. Aquello debía quedarse así, para que cualquier visitante de Sarajevo en cualquier época futura supiera, que es lo que pasó en, esta ciudad entre abril de 1992 octubre de 1995.No fue un accidente. Un día de 1992 los serbios arrojaron una granizada de proyectiles sobre la Biblioteca Nacional. Ardieron un millón largo de libros y manuscritos en árabe, turco, persa y serbocroata, una de las mejores colecciones del mundo sobre el pensamiento y la literatura del Imperio Otomano. Tampoco fue una excepción. El ensañamiento de las milicias de Karadzic y Mladic contra los monumentos musulmanes de Bosnia casi ha igualado al practicado contra los civiles musulmanes.
"Como todos los intentos de genocidio, el desencadenado contra los musulmanes de Bosnia la tenido una importante dimensión cultural", dice Dzenana Golos, directora del Patrimonio Municipal de Sarajevo. "Se ha intentado borrar sistemáticamente cualquier huella de la presencia secular de una cultura musulmana en este rincón de Europa", añade. Según Golos, siete mezquitas de Sarajevo han sido destruidas, 27 casi por completo y 38 seriamente dañadas. Lo mismo ha ocurrido en toda Bosnia. Los serbios han arrasado a conciencia unas ochocientas mezquitas en todo el país, entre ellas joyas como la Ferhadija de Banja Luka.
Emparedado con sacos terréros, el Museo Nacional de Sarajevo sigue en pie en una de las zonas más peligrosas de la ciudad. Ha recibido unos cuatrocientos obuses serbios, dice su director, Enver Imamovic. Uno de ellos mató al predecesor en el cargo de Imamovic.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Un Valencia mejorado no sabe rematar los partidos
Estados Unidos sanciona a familiares de Cilia Flores, esposa de Maduro
La Administración de Trump publica solo una parte de los papeles de Epstein pese a que la ley le exigía difundir “todos” los archivos
La Corte Interamericana condena a México por no prevenir ni investigar el feminicidio de Lilia Alejandra García Andrade hace 25 años
Lo más visto
- El Supremo condena a ‘Okdiario’ y a Eduardo Inda por intromisión en el honor de Iglesias al acusarle de cobrar de Venezuela
- Los pagos del Gobierno de Ayuso a Quirón engordan con facturas de hace una década y sin pagar desde tiempos de Cifuentes
- Más de 40 congresistas demócratas piden por carta a Trump que cese en sus “intentos de socavar la democracia en Brasil”
- La princesa Leonor realiza su primer vuelo en solitario como parte de su formación en el Ejército del Aire
- La policía registra varios domicilios y las oficinas de la ministra francesa Rachida Dati por otro presunto caso de corrupción




























































