Una retrospectiva revaloriza la obra del pintor asturiano Orlando Pelayo

El filtro del tiempo suele ser certero guía para la revisión de la obra de un pintor como Orlando Pelayo (Gijón,.1920-. Oviedo, 1990). La galería Rayuela (Claudio Coello, 19), de Madrid, reúne hasta el 31 de octubre. una serie de obras de este artista asturiano que abarcan el periodo de 195i a 1981. Tres décadas en las que este pintor cosmopolita, pero profundamente marcado por el paisaje español, supo expresar de manera intensa y contemporánea su vinculación al sentir de los grandes maestros del Prado.Pelayo formó parte del Ejército republicano en 1938, tomando el camino del exilio al año siguiente en Argelia. Estuvo hasta 1941 en varios campos de concentración y después permaneció en Orán, donde empieza a exponer sus pinturas. Decide trasladarse a París, donde permanecerá varios anos, vinculado a los círculos de Montparnasse y a los miembros de la Escuela de París. En 190 vuelve por primer a vez a España. Fue entonces cuando descubrió de manera reveladora a Velázquez y Goya, el drama y al poesía contenidos en la, obra de estos genios.

Pintor sensual en la pincelada, matérica y expresionista en los sesenta y amplia y mas transparente en su último periodo, Pelayo se mueve dentro del lenguaje pictórico de su tiempo con soltura y seguridad. La exposición que presenta la galería madrileña contiene muestras de toda esa evolución.