El interminable acoso de los 'euroescépticos'

Las últimas semanas han constituido una auténtica prueba. para el primer ministro británico. Sin embargo, y como él mismo señalaba en la declaración en -la que anuncié su, dimisión, el acoso al que ha sido sometido por parte de los sectores euroescépticas del Partido Consevador se remonta a mucho más atrás. En todo caso, el pasado invierno marcó un punto de inflexión en la línea de conducta de los diputados rebeldes tories,que han desafiado al primer ministro en múltiples ocasiones.El momento de mayor tensión se produjo en el debate sobre la contribución del Reino Unido al presupuesto de la UE, celebrado él pasado otoño. La negativa de nueve diputados a apoyar una decisión de su propio Gobierno puso a Majór contra las cuerdas y le obligó a enviarles al exilio parlamentario.

Desde tan cómoda posición, los más recalcitrantes euroescépticos han llenado de sobresaltos todas y cada una de las votaciones celebradas en la Cámara de los Comunes poniendo en serio peligro la supervivencia de la, política del Gobierno conservador. Decisiones en torno al aumento de los impuestos del gasóleo de uso doméstico o sobre la política pesquera comunitaria han puesto en entredicho al primer ministro a lo largo de este nuevo invierno del descontento, protagonizado por los ultraderechistas tories. Major, con una precaria mayoría parlamentaria, se ha visto. obligado a apoyarse una y otra vez en los diputados del aliado partido Unionista del Ulster para sacar adelante su política.

La polémica en torno a la moneda única no ha desaparecido ni un solo día de las páginas de los diarios británicos, atizada siempre por diputados como Bill Cash o Teresa Gordman, por citar sólo dos de los más recalcitrantes rebeldes.