Una jornada muy particular

Hasta llegar a la sorpresa de anoche, cuando Sanidad se negó a firmar el documento previamente pactado con los huelguistas, la de ayer fue una jornada extraordinaria por ser la primera, después de 24 días, en la que ambas partes daban por resuelto el conflicto.Por la mañana, la ministra de Sanidad Ángeles Amador, visiblemente contenta, daba en los pasillos del Congreso su versión sobre el documento, en el que se acordaba "una mejora retributiva ligada al cumplimiento de unos objetivos". La ministra indicaba que el horario de tarde en hospitales podía formar parte de esos objetivos. Ángeles Amador acaricia desde hace tiempo el objetivo de ampliar el horario de los hospitales a las tardes.

La letra el acuerdo distribuida por los líderes sindicales en las asambleas médicas de la mañana desdecía, sin embargo, a la, ministra y a todos los principios proclamados hasta entonces por la Administración, que aseguraba disponer tan sólo de 3.500 millones de pesetas para negociar sólo este año -nunca en ejercicios venideros- y que no había "posibilidad alguna de salirse del marco financiero". "Constato como hice desde el primer mornento", dijo además la ministra por la mañana, cuando la protesta parecía haber terminado, "que la huelga se ha producido en periodo electoral y que hoy han transcurrido sólo tres días desde las elecciones".

Imprecisiones

El sobresalto de ayer forma parte de una larga serie de encuentros y desencuentros negociadores durante las casi cuatro semanas que dura ya el conflicto de los médicos especialistas de hospital. En la madrugada del miércoles, y tras una maratoniana negociación, surgió un preacuerdo que admitía una subida "fija" para todos los médicos, pero que recogería de forma imprecisa objetivos asistenciales. En semejantes términos estaba redactada la primitiva propuesta, que intentó negociarse sin éxito el fin de semana anterior al inicio de la huelga, pero que Finalmente la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), convocante de la huelga, rechazó justamente por imprecisa. Quizá es esta imprecisión y el hecho de que el Insalud se negase ayer en todo momento a facilitar el documento completo, el origen del fiasco de ayer.La imprecisión de los términos del acuerdo fue una de las facetas más criticadas en las asambleas de la mañana de ayer en los hospitales, en las que los médicos habían votado, sin embargo, a favor de acabar con la huelga. El giro que tomaron anoche las negociaciones puede radicalizar el conflicto, según anunciaron los médicos.

Hasta ahora, tras 24 días de huelga, el saldo del conflicto ha sido de 14.000 operaciones suspendidas y 240.000 consultas aplazadas, según datos del propio Insalud, que dirige la sanidad pública en diez comunidades autónomas y controla un total de 105 hospitales.