Patriotismo pesquero

Los ingleses tienen a la reina Isabel para darles ánimos, pero nosotros tenemos a Brian Tobin -Brian el Valiente, como le llaman ahora en Terranova- para conducirnos a la batalla. ¿Debe un patriota acobardarse al oír el toque de su trompeta? Ciertamente, no los 6.000 que se apiñaban en la bahía de Saint John para abofetear a los españoles cuando el pesquero Esta¡ fue llevado a puerto. Eran 6.000 contra 25. Sin embargo, los canadienses están acostumbrados a combatir con desventajas abrumadoras.¡Cómo enardece a un corazón canadiense verlos insultar a la temblorosa marineríal ¡Qué nudo en nuestra garganta cuando nuestros muchachos se empleaban contra- los pescadores forasteros, lanzándoles huevos y obscenidades con idéntica e infalible puntería! ( .. ) No concedáis a los españoles vuestra compasión. No penséis que se les convierte en él chivo expiatorio de años de mala administración de la pesca por Canadá.

No es éste el momento para la diplomacia sosegada. No es éste el momento para solucionar nuestras diferencias pacíficamente, según las normas legales, en el foro internacional apropiado. Ese momento ya llegará, cuando tengamos que encontrar algo que enviar contra los buques de guerra españoles. Pero, por ahora, es el momento de la retórica belicosa, del patriotismo barato y de la furia estúpida de la chusma. Y sabemos quién es el hombre adecuado, para conducirla.

14 de marzo