Una enferma de esclerosis múltiple se solidariza con Sampedro y reclama el derecho a la eutanasia

Aurora Pampín tiene 43 años y sabe que en cualquier momento puede quedarse absolutamente paralítica, sin poder siquiera hablar, pero con plena conciencia de su existencia. A los 35 años le diagnosticaron una esclerosis múltiple, enfermedad degenerativa que desemboca en una parálisis total.En una carta abierta de solidaridad dirigida a Ramón Sampedro, el tetrapléjico de 52 años que desde los 25 se encuentra encamado, en La Coruña, sin poder mover nada más que la cabeza, Aurora Pampín pide para su amigo y para ella misma, si llega a esa situación, que alguien les ayude a morir. "Yo ahora estoy bien, salvo cuando tengo un brote, pero sé que mi enfermedad avanza y un día puedo encontrarme como Ramón. Por eso creo que debo expresarle a él todo mi apoyo, porque él es quien se encuentra en esa terrible situación. Pido a todos los que crean que Sampedro tiene razón que le apoyen públicamente para que se cambie la legislación, porque, desgraciadamente, cuando uno ya está postrado sin poder moverse o en la UVI no puede salir con pancartas para reclamar que le dejen morir, y entonces depende de los demás", declaró ayer Aurora Pampín a este diario.

"Aceptan que uno muere cuando muere su cerebro, pero no aceptan que pueda ser también al revés, que uno muere cuando muere el cuerpo", le dice a Sampedro en la carta. "No aceptan que no hay dos Sampedro, uno cerebral y otro físico, sino uno solo, y que si ha muerto una parte tú quieres que muera también la otra", añade.