El Aranjuez no arranca

La impresión de crisis no desaparece. El Aranjuez empató ayer ante el Oviedo B, pero no acaba de arrancar y sigue fallando en lo que es más importante cuando se juega en casa: la creatividad en el ataque y las ocasiones de marcar.El Oviedo tampoco se mostró muy ambicioso en su visita a la ciudad del Tajo y pareció conformarse con el resultado inicial, pese a que pudo haber sacado mayor tajada de haberlo pretendido. El conjunto ovetense probablemente esperaba mayor peligrosidad por parte de un Aranjuez muy necesitado de puntos y de victorias, y quizás por eso planteó el partido de manera conservadora.

Los locales, aunque jugaron a ráfagas, dominaron territorialmente durante todo el encuentro, con la excepción de los primeros 20 minutos, en que los ovetenses controlaron el medio campo. Sus jugadores de vanguardia hicieron pasar algún apuro a Parra. El Aranjuez contraatacó bien, dando lugar al lucimiento de Miguel Ángel, que se hacía con los balones con autoridad.

En la segunda parte, y ante la lentitud del Aranjuez, los visitantes se crecieron y presionaron la meta local, que gracias a la magnífica actuación de Parra mantuvo el marcador a cero. En los últimos minutos los ataques de ambos conjuntos fueron cada vez más alocados y carentes de ideas.

Desgaste

Los visitantes acusaron cierto desgaste por su afán de aguantar atrás con el marcador a cero y controlar el partido. Los locales, en cambio, salieron acomplejados, acusaron mucha lentitud y permitieron la anticipación de los ovetenses con un juego más rápido.

El partido resultó feo en su conjunto. El Oviedo se conformó con destruir y cuando se fue para arriba, lo hizo con poca convicción.

El Aranjuez sigue siendo un equipo fallón y débil, sin la tensión suficiente. Y tiene mucho que trabajar entre semana si quiere ofrecer espectáculo a su afición los domingos. De momento es un equipo muy escaso de fe en sí mismo. No parecen influir positivamente los cambios que se están produciendo en su entorno.