FRACASA LA CRUZADA CONTRA LA MINIFALDA

Se creía muy listo Valentino cuando, en su reciente desfile en París, desenterró el hacha de guerra contra la minifalda y anunció urbi et orbi su desaparición. Había estado más cauto su colega Gianfranco Ferré, actual mago de Dior, relegándola sólo para las vacaciones. Pero tampoco ha colado este ala moderada de la cruzada antimini, a tenor de las manifestaciones hechas por la líder del sindicato de modelos italianas, Francesca Catani, defendiendo la creación de Mary Quant cómo instrumento profesional y diciendo que "eliminar la minifalda es como quitarle el bisturí a un cirujano". Sería una pérdida sin contrapartidas, se quejan las modelos italianas apuntándose a la pierna al aire -ellas, que pueden- "Un guardarropa femenino sin minifalda resultaría más pobre y melancólico", apostilla la joven revelación de lá pasarela Antonella de Santis, de 19 años, española de padre italiano. Alba Parietti, una de las macizas oficiales de la televisión italiana, ha hecho saber que se pondrá la minifalda por lo menos hasta los 50. Y la actriz Francesca Neri ha comunicado que ella no se la pone, pero muy a pesar suyo, porque es excesivamente piernifina. En definitiva, que un día tonto lo tiene cualquiera. Y que cuando Valentino se dejó la minifalda a orillas del Sena no estaba, quizá, en su mejor momento.