Butano en las nubes

EN MENOS de un mes, y tras dos subidas consecutivas, el precio de la bombona de butano se ha incrementado en. 116 pesetas (el 12,1%), pasando de las 958 pesetas que costaba el 19 de diciembre a las 1.074 que cuesta desde ayer. La subida se ampara en el sistema de precios máximos implantado en noviembre de 1993 y que se basa en una fórmula matemática que tiene en cuenta el coste de los fletes, de la materia prima y de la comercialización, pero que sólo tiene efecto cuando la conjunción de los tres elementos varía el coste, al alza o a la baja, un 10% en el periodo de un mes. Es decir, la revisión es mensual.La tonelada de butano, que costaba 120 dólares en noviembre de 1993, cuesta 165 dólares ahora, y los fletes han pasado de 29,5 dólares por tonelada a 45,5 dólares. La decisión se ajusta, por tanto, a las previsiones legales. Pero, en otra perspectiva, la subida -en torno al 6% ayer y otro tanto en diciembre pasado- es muy superior al incremento de la inflación en 1994 (4,3%) y a la prevista para 1995. Y los salarios se están negociando sobre esas bases. Además, el butano es el principal combustible doméstico (hay 14 millones de contratos), especialmente en los hogares modestos. En esas condiciones, resulta difícil explicar al consumidor que una empresa como Repsol-Butano, con control público y que actúa en la práctica enrégimen de monopolio pueda plantear una subida tan desmesurada. Porque si bien es cierto que la ley lo autoriza, no obliga a ello. El límite marcado es un máximo, pero nada impide marcar un precio inferior. Y tratándose de un artículo de primera necesidad para más de 20 millones de personas, especialmente en invierno, por los calentadores, se comprende la queja de las asociaciones de consumidores.