Luis Eduardo Aute presenta su bestiario

Luis Eduardo Aute llevaba cuatro años descubriendo faunas interiores. Las fieras han crecido y las ha reunido en un bestiario. Él prefiere llamarlo animalario para dar cabida a la intrigante familia de los mamíferos racionales. Ayer presentó en la galería Moriarty, de Madrid, el producto de sus cavilaciones, el libro Animal, que es mucho más que un ejemplar corriente. La edición ha corrido a cargo de la revista El Europeo.

Es un trabajo uno y trino: hay música (un compacto con 25 canciones inéditas); poemas, que él prefiere llamar poemigas, y pintura (una colección de dibujo o boligrafías). Es decir, sus tres grandes pasiones. Los dibujos originales estarán expuestos en la galería durante una semana.Aute ya había hecho ensayos polivalentes de este tipo. En 1968 publicó el disco 24 canciones breves, en cuya carpeta había varios dibujos suyos. Posteriormente, repitió la fórmula en otros dos álbumes, Sarcófago y Templo. Pero es en Animal donde ha conseguido acercarse más a su viejo sueño y donde el formato es mucho más de libro que de disco. La obra es para su autor un divertimento multimedia. "Tengo el proyecto de volcarlo al CDROM. Cada vez siento más necesidad de salir de la rutina y experimentar. Quiero llevar todo esto a los escenarios. En verano de algunos conciertos cantando y leyendo poemas. El público lo acogió muy bien. Ahora voy a iniciar una gira de dos meses por teatros con un montaje más completo, pantallas, diapositivas, efectos sonoros".

Animal no es una obra libertina, pero sí libertaria. El autor está influido por artistas y tendencias muy variadas. Se regodea y goza jugando con las palabras y los conceptos. Hay aromas de greguería, de literatura mural, prisas simbolistas, delirios mohicanos, lucideces, desalientos, antipoemas. Unamuno se pasea por estas páginas a sus anchas. Aute está absorto con el escritor vasco, pero matiza: "Se le identifica demasiado con el sentimiento trágico de la vida y todo eso. Pero él era, ante todo, un hombre que dudaba. Leyéndole me he convencido de lo urgente que es una premisa absolutamente libertaria".

Hay páginas con vocación de pintada suburbana provocadora. Incluso en una de ellas se advierte entre paréntesis que ese designio es cierto. El texto dice así: "El peor enemigo de Dios/ son las iglesias. ¡ Guárdate de todos los cleros;/ también de los laicos". Pero el cantante afirma: "Dudo que haya provocaciones. Al menos no lo intento".

En cuanto a las 25 canciones, todas ellas son muy auténticas, inéditas, muy acústicas, algunas sibilinas, otras esotéricas, delirantes, raras, personalísimas. En la grabación destaca el magnífico trabajo de Suso Saiz y Gonzalo Lasheras.