El marcador del Real Madrid C sigue fértil sin Raúl

El Madrid C también sabe golear sin su gran estrella, Raúl. El goleador anco ya ha dado el salto al Madrid B, pero no se notó su ausencia. Los blancos continúan siendo el equipo más goleador con 28 tantos. Nada pudo hacer ,el Aranjuez para no salir derrotado en su feudo ante el Real Madrid C, en un partido marca do por una discutida actuación arbitral que dejó a los locales con siete hombres.Desde los primeros compases, los madridistas fueron los que buscaron el área rival con más descaro. Los de Grande imponían un fuerte ritmo al choque y jugaban con mucha profundidad en sus acciones. Le costó al Aranjuez hacerse con un sitio en el terreno de juego, pero a medida que pasaron los minutos los locales se fueron soltando y tomaron las riendas en el centro del campo. En la parcela ancha era donde se estaban disputando la mayoría de minutos del choque., El exceso de centrocampismo provocaba los primeros bostezos en las gradas. Las defensas se mostraban contundentes en sus acciones y ambos guardametas apenas tenían trabajo, a excepción de balones colgados sobre el área que resolvían con seguridad.

Las ocasiones no llegaban para ningún bando, aunque eran los merengues los que más lo intentaban, hilvanando jugadas por las bandas que al final no encontraban rematador o se perdían por un exceso de individualismo. Los de Aranjuez aguantaban bien las acometidas del rival e intentaban sorprender a la contra con hombres como Angelín y Espinar, pero la defensa blanca se defendía con orden y seriedad, por lo que Valbuena estaba tranquilo y su portería bien guardada. La exhibición del colegiado llegó en la segunda mitad del encuentro. Al descanso, sin ninguna ocasión digna de mención, se llegó con el resultado inicial y las espadas en todo lo alto.

En los segundos 45 minutos llegaron las emociones. El equipo madridista se adelantó muy pronto por medio de una falta muy bien ejecutada por Sánchez. Luego llegó el nerviosismo con las expulsiones de cuatro jugadores del Aranjuez y la superioridad blanca que se plasmó en dos goles más.