Querido alguien

Escribo esta carta a los pocos días de ver cómo la sierra de San Juan de la Peña, en Huesca, yacía entre las llamas gracias a un insensato que dejó caer las brasas a la era en un pueblo llamado Paternay. ¡Si supiese usted la sensación que producía pasar por allí dos o tres días después!Pero antes quiero aclararle un par de cosas: lo de querido es un cumplido, y aunque no se merezca respeto, le llamo alguien por no dejar ese espacio en blanco. Además, ¿quién puede ser la persona que tiene una maldad tan grande como para destrozar el hábitat de millones de animales, plantas, personas ... ?Supongo que usted carece de la suficiente cultura y el suficiente sentido común como para saber que la naturaleza nos da la vida. Pero, claro, prefiere seguir fastidiando al 98% de la población española; prefiere seguir echando colillas en los regazos del camino; prefiere seguir provocando las llamas; en fin, prefiere seguir viendo cómo día tras día, año tras año, el planeta azul se parece más y más al planeta negro, se parece más y más a un desierto, se parece más a la Luna; tal vez pronto pase a ser todo. oscuro.

Quizá cuando los bosques se conviertan en desierto, y todos necesitemos de la naturaleza para sobrevivir cada vez más insuficientemente, entonces supongo que recordará aquella sierra verde, el blanco de la nieve en invierno, el agua cristalina de un río, el azul del cielo en un día de sol, el volar de un águila. buscando su presa, y tal vez entonces, sólo entonces, se dé cuenta de lo que ha hecho; pero, claro, ya será demasiado tarde.