La oveja negra de la reactivación

Una vez más, la delegación japonesa será el centro de las críticas de la comunidad económica internacional. La segunda potencia mundial sigue poniendo la nota disonante en la recuperación global. Sus socios europeos y estadounidenses, ya fuera de la recesión, aprovecharán la asamblea para bombardear al país asiático con recetas para salir de la crisis. El producto interior bruto (PIB) de Japón ha caído un 1,6% en el segundo trimestre, un retroceso muy superior al esperado que aleja cada vez más la posibilidad de cerrar el año con un crecimiento del 2,4% como espera el Gobierno.La bajada de los tipos de interés y los tres paquetes de estímulo fiscal aprobados en el último año y medio no han conseguido animar el consumo doméstico. Para colmo, la sobreinversión de los ochenta sigue causando estragos, tal y como demuestra la fragilidad del sistema financiero y la falta de saneamiento de las economías familiares.

El superávit comercial de Tokio, que continúa creciendo pese a la apreciación del yen, será sin duda el tema que centre los debates multilaterales y, sobre todo, los que celebren las delegaciones japonesa y estadounidense en la asamblea del FMI. Esta ventaja es la principal razón por la que sus competidores desean la recuperación de la economía japonesa, y con ella la demanda de importaciones.