"Los bellos durmientes" nacen santanderinos

"Esto ha sido magnífico, me alegro mucho de que el niño haya nacido santanderino", comentó ayer jubiloso Anonio Gala recordando las dos primeras representaciones de su nueva obra Los bellos durmientes, estrenada el pasado jueves en el teatro Coliseum de esta capital. El autor sintió con su asistencia a ambas funciones consolidada lo que llama una "relación matrimonial clarísima" entre él y el teatro. Sobre todo, cuando el público, muy entregado al autor, se puso en pie para saludarle al aparecer en el escenario junto a los intérpretes. "A este niño, que ha nacido santanderino", subrayó respondiendo a las aclamaciones, "hay que dejarlo ahora que se desarrolle. Aquí todos hemos asistido a un parto. El teatro es un género de participación y el escenario una isla iluminada".Intérpretes y autor se sintieron en la jornada de estreno más cómodos e identificados con el público en la función nocturna. Gala tenía prevista, y así sucedió, una mayor afluencia de gente joven que acaso captó mejor el teatro que le transmitía la nueva comedia, tan distinta en su temática de las que tiene escrita. "A los jóvenes", manifiesta el autor que confiesa haber utilizado ahora un idioma anterior y posterior al suyo y comprensible para todos, "he empezado a conocerles cuando he comenzado a trabajar con ellos".

Los cuatro intérpretes, Amparo Larrañaga, Eusebio Poncela, Carlos Lozano y María Luisa Merlo, bajo la dirección de Miguel Narros, hubieron de modificar sobre la marcha el nivel de sus voces acostumbrados como están a actuar en loca les de muy inferior aforo. Narros, que encontró buena la sonorización del Coliseum, declaró que un ensayo general acaso deba hacerse con una adecuada presencia de espectadores para ajustar eficazmente los niveles del tono.