Las armas pesadas acechan a Sarajevo
Sarajevo vivió la madrugada del domingo como en los peores tiempos. Los disparos y las explosiones se sucedieron casi toda la noche. Los cascos azules, encargados de vigilar el alto el fuego, anotaron más de 600 violaciones de la tregua, una cifra muy elevada. Los estallidos fueron audibles en el centro, al lado del hotel Holliday Inn, que se encuentra a 200 metros de las líneas serbias.Pese a la virulencia de muchas de las deflagraciones, el portavoz oficial de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor) en la capital bosnia, el comandante Rob Annink, rechazó la posibilidad de que éstas pertenezcan a armas pesadas serbias. Annink se refugió en la ausencia de informes fidedignos, pues aún no disponía de los datos suministrados por los observadores militares en el terreno y los aviones de la OTAN desde el aire.
Los musulmanes, en cambio, no tienen dudas. Fuentes militares de la Armija (Ejercito bosnio de mayoría musulmana) acusan a los serbios de aprovechar la situación diplomática internacional para mover algunas de las armas prohibidas, preferentemente morteros, de fácil manejo, cerca del centro de Sarajevo. Desde el ultimátum de la OTAN, en febrero, están prohibidas este tipo de armas en un radio de 20 kilómetros alrededor del centro de la ciudad. Gorazde, otra zona protegida, está sujeta a la misma limitación tras el segundo ultimátum de la Alianza, lanzado poco después, a finales de abril.
Se considera arma pesada a cualquiera cuyo calibre supere los 12,70 milímetros. Esto incluye ya a algunas ametralladoras. Todos los morteros, en sus tres calibres, pieza favorita de los sitiadores de Sarajevo, están, por lo tanto, absolutamente prohibidos, por la OTAN.
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