EL MURO DE PAPÁ CLINTON

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, levanta un muro en la Casa Blanca. La crisis familiar obliga a tomar posiciones a un lado u otro. A la izquierda, su hija Chelsea, de 14 años, una niña progre. A la derecha, Bill y su esposa, Hilary, unos papás clásicos disfrazados de demócratas. El motivo de la ruptura: el matrimonio Clinton ha prohibido a su hija que vaya a Woodstock. Al presidente, que tan a fondo vivió los años sesenta, no parece nacerle mucha gracia que su retoño sea testigo del consumo masivo de esa sustancia que él fumó sin inhalar. Pero Woodstock 94, donde anuncian que no habrá alcohol pero sí cajeros automáticos, será el lugar más seguro y vigilado para pasar un fin de semana de agosto en Estados Unidos. En plena investigación del escándalo Whitewater, ni siquiera la Casa Blanca es hoy día un refugio fiable. Y sin pensarlo dos veces, la hija de uno de los promotores del macrofestival ha enviado una invitación personal a la hija del presidente. "Querida Chelsea: ¡Esto será genial! ¿Por qué no te vienes con mi familia y conmigo a Woodstock? Saludos, Molly". Además, un periódico de Nueva York ha habilitado dos líneas telefónicas para que los lectores tomen posiciones en el conflicto.-