Botero

Puede uno imaginar qué potente organización se mueve en el interior de esas figuras gordísimas de Botero cuando los ayuntamientos de París, Nueva York y Madrid le han cedido sin rechistar el espacio público más escogido de cada ciudad para que plante semejantes muñecones. La obra de Botero es muy discutible desde el punto de vista estético y los críticos ya han dado su opinión. A mi juicio, esas criaturas tan divertidas sólo tienen un interés ilustrativo. No expresan una concepción del mundo a través de las formas y el color, representan simplemente una visión muy imaginativa y caricaturesca de la realidad que no despierta una emoción profunda, sino sólo la simpatía. Creo que las figuras infladas de este artista sirven admirablemente para ilustrar libros de cuentos con historias amables, positivas e ingenuas. Pero aquí no se trata de arte, sino de negocios, de pasiones, de mafias. La pregunta esencial es ésta: ¿por qué están tan gordas las criaturas de Botero? No deberían con testar los estetas. La respuesta tendría que darla alguien con la imaginación de Sherlock Holmes. París ha cedido los Campos Elíseos a estos muñecos; Nueva York ha puesto Park Avenue a sus pies; Madrid le ha regalado el paseo de Recoletos. Y mientras todo el mundo del arte se halla sumido en la miseria, la obra de Botero es la única que no cesa de escalar millones cada vez más al tos con un impulso que llega des de Medellín, de Colombia. Tal vez la extremada gordura de las criaturas de Botero sea necesaria. Dentro de esos muñecos probablemente se refugia demasiada gente, se guardan muchos alijos extraños a la creación. El mundo del arte está lleno de intereses e intrigas debido a que la belleza es la forma sagrada que adopta el instinto. Imagino que los crímenes más refinados siempre suceden en los museos de pintura y que los seres más sutilmente abyectos y sublimes, espirituales y crueles se mueven alrededor de la estética. Puestas así las cosas, lo más interesante de Botero es descifrar el misterio que obliga a sus criaturas a estar tan gordas.
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