Almunia reconoce los errores del PSOE y garantiza la lucha contra la corrupción en su estreno como portavoz

Joaquín Almunia se estrenó ayer en su cargo de presidente y portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en un debate plagado de dificultades para el grupo que apoya al Gobierno. El ex ministro de Trabajo y de Administraciones Públicas cosechó al final de su intervención un cerrado aplauso de su grupo tras aprovechar su primera comparecencia como portavoz socialista para reconocer los errores del pasado y para dar seguridades a los ciudadanos de que los socialistas no vacilarán en la lucha contra la corrupción.

Además, descalificó la postura del presidente del Partido Popular, José María Aznar, al acusarle de "pedir la dimisión del presidente del Gobierno, sin atreverse simultáneamente a plantear una moción de censura o a solicitar la convocatoria de elecciones".

Según Almunia, los socialistas han aprendido que los "sistemas de control de la gestión pública han tenido en algunas áreas lagunas importantes que deben desaparecer" y han comprobado que "la confianza depositada en algunas personas que han ocupado altas responsabilidades ha sido traicionada, y se han asumido por ello responsabilidades políticas".

Para el nuevo portavoz no existen "criterios suficientemente serios y rigurosos para delimitar el ámbito de ese tipo de responsabilidades", pero Almunia subrayó: "Pese al dolor que sentimos por la ausencia de este hemiciclo de algunos compañeros, hemos preferido extremar el nivel de exigencia".

El representante del grupo gubernamental se refería a las dimisiones de Carlos Solchaga y José Luis Corcuera, en parecidos términos a los que en otro momento había utilizado el presidente del Gobierno.

El apoyo que los grupos nacionalistas habían mostrado durante el debate al Ejecutivo y a su presidente fue aprovechado por Almunia para subrayar que durante la tarde de ayer se habían despejado las dudas sobre la estabilidad política y que "el Gobierno, y en particular el presidente del Gobierno, disponen en esta Cámara de suficientes apoyos políticos para llevar a buen término su compromiso con los electores". "Desde el Grupo Socialista agradecemos en todo su valor esos apoyos que hoy se han vuelto a reiterar aquí", afirmó.

La respuesta a la oposición incluyó un varapalo por "el menosprecio con el que se trata muchas veces a las personas y los programas que el electorado apoyó mayoritariamente hace menos de un año, dando la impresión", dijo, "de que lo que no se pudo ganar en las urnas trata de obtenerse por otras vías al precio que sea".

Almunia adoptó la posición de perjudicado al asegurar que su grupo apoyará cualquier iniciativa "para que no quede un solo culpable sin sanción ni sufran en su honorabilidad o en su imagen pública quienes no son culpables, sino víctimas de las actuaciones corruptas de unos cuantos".