Con dos piernas

Yo al señor alcalde le regalaría un paseo (de los de andar a pie) por Madrid para que viese cómo está el tráfico. Y a Pedro Sorela (EL PAÍS, 12 de abril) un abono de transporte para que no tuviese la "obligación" de moverse en coche por la ciudad.Y es que el problema de Madrid no es el tráfico, sino los conductores que olvidan que nacieron con dos piernas (y no para pisar el acelerador y el freno) y que olvidan las buenas costumbres de ciudadanos, ya que desarrollan los derechos de los que no circulan en coche.

Gente con niños pequeños, gente de la tercera edad, gente disminuida físicamente y gente que tienen que hacer la vida diaria (ejemplo: ir a la compra), gente que pagamos nuestros impuestos (una de las más manidas excusas que arguyen para justificarse los infractores del Código de la Circulación), nos sentimos agredidos por los coches y, cada vez más, por las respuestas verbales violentas de los conductores (ya empezarán a proliferar los agredidos físicamente) cuando se les reprocha que hayan aparcado en la acera, en un paso de cebra o cuando empiezan a saltarse el semáforo cuando el muñequito verde está intermitente (el último descubrimiento de los sufridos conductores). Gracias a los conductores (personas normales cuando van a pie) por hacer Madrid impaseable.-