Resaca nuclear
La delirante carrera mantenida durante décadas por las potencias nucleares, cada una en pos de ser universalmente reconocida como la más mortífera, ha producido un absurdo arsenal capaz de destruir varias veces la población entera del planeta. Los acuerdos de desarme han supuesto un enorme alivio para la humanidad, o al menos para su parte más sensata, pero han planteado un nuevo problema, sin duda menos dramático pero también de envergadura. ¿Qué hacer con el material fisible, extremadamente peligroso, contenido en las cabezas nucleares acumuladas y ahora en trance de desmantelamiento?En efecto, cada una de éstas contiene una cierta cantidad de material radiactivo fácil de diluir y convertir en combustible nuclear, sin posibilidad de reutilización con fines militares. Pero contiene, también, una pequeña cantidad de plutonio, menos de cinco kilogramos, cuyo destino está siendo la pesadilla de los científicos y técnicos encargados de inutilizarlo. Hasta el punto de que la Academia de Ciencias de Estados Unidos ha constituido una comisión al efecto, integrada por prestigiosos científicos, cuyo reciente informe describe las alternativas imaginables hoy, sin que ninguna de ellas pueda considerarse completamente satisfactoria.
El problema es que esos escasos cinco kilos de plutonio, que es, además, una de las sustancias más tóxicas que se conocen si se inhala, aun en minúsculas cantidades, son suficientes para montar una chapucera bomba atómica. Por otra parte, en su preparación para fines militares es bastante inocuo desde el punto de vista radiactivo, lo que, paradójicamente, puede considerarse una desventaja, ya que, al ser su manipulación relativamente sencilla, lo convierte en potencial objeto de robos o tráfico ilegal.
Así, según se va ya procediendo con el desmantelamiento previsto, el mundo irá disponiendo de unas diez toneladas anuales de este peligroso y al tiempo manejable material, hasta completar una reserva de unas cien toneladas. Cómo hacerlo desaparecer, o neutralizarlo, o retirarlo de la circulación, es el problema que están afrontando los miembros de la comisión mencionada. Un trabajo que consiste en ir cuidadosamente deshaciendo lo que nunca se debió hacer, a fin de asegurar un futuro sin sobresaltos derivados del mal uso de ese plutonio.
Independientemente de la puesta en marcha de los programas técnicos pertinentes, parece imprescindible que exista una autoridad mundial que supervise y organice el almacenamiento o el tratamiento del material, que garantice su no reutilización por ningún país, y que haga un inventario e intente recuperar el material procedente del armamento nuclear en poder de algunos países, señaladamente los que lo poseen por haber formado parte de la antigua URSS. No se trata, en este caso, tanto de temer su utilización, como de que el plutonio y otros componentes escapen al control de las autoridades y den lugar a todo tipo de peligrosas aventuras.
Por otra parte, parece que se va imponiendo la opción de un almacenamiento en condiciones. de máxima seguridad, que en ningún caso puede garantizarse por un periodo indefinido o demasiado prolongado. Habrá de concebirse, pues, como una medida transitoria en tanto se encuentran procedimientos técnicos para neutralizar definitivamente el plutonio, acabando así con la hipoteca, contraída durante años de desafuero, que pende sobre todos nosotros.
Dichos procedimientos, cuya urgencia es evidente, permitirían, al tiempo, tratar las aproximadamente ochocientas toneladas de plutonio que han producido las centrales nucleares en funcionamiento, éste difícilmente utilizable militarmente pero muy peligroso desde el punto de vista medioambiental por su toxicidad y elevado nivel de radiactividad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Una demanda asegura que Riley Keough es la donante de óvulos de un hijo de John Travolta y Priscilla Presley lo califica de “escandalosas acusaciones”
Lotería Nacional: sorteo del jueves 18 de diciembre
Tara Reid asegura sufrir acoso en redes después de que la policía no encontrara pruebas de que su bebida fue manipulada con droga
El Reino Unido impondrá cursos a los menores para diferenciar la pornografía de las relaciones en la vida real
Lo más visto
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- El Supremo ordena al ex fiscal general el pago de la multa y la indemnización a la pareja de Ayuso que le impuso al condenarle
- El Gobierno de Mazón pagó 107 millones de euros más a Ribera Salud al aumentar su aportación por ciudadano
- Carlos Alcaraz y Ferrero rompen tras siete años: “Llegan tiempos de cambio para los dos”
- Sánchez, contra la Comisión Europea: “Es un error histórico” el paso atrás con los coches de combustión




























































