Yeltsin propone una cumbre de paz de un día

El presidente ruso, Borís Yeltsin, alentado por lo que considera el mayor éxito de su diplomacia -la retirada de la artillería serbia del cerco de Sarajevo-, ha propuesto la celebración de una cumbre de un solo día con la participación de Estados Unidos, Francia, Alemania y el Reino Unido, para detener la guerra que desangra Bosnia-Herzegovina."He propuesto poner fin al problema yugoslavo; reunámonos para ello los líderes de Rusia, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania por un día", afirmó Yeltsin después de depositar una corona de flores en la tumba del soldado desconocido durante una ceremonia dedidacada al Día del Defensor de la Patria, la fiesta de los militares rusos.

Yeltsin dijo estar de acuerdo en realizar la cumbre en "Moscú, Ginebra, Bonn" o cualquier otra ciudad europea con el fin de firmar un documento conjunto para terminar con la crisis en Bosnia. El texto firmado por las cinco potencias tendría una "importancia histórica" y podría conducir al fin definitivo del derramamiento de sangre en la antigua Yugoslavia, opinó.

El portavoz de Yeltsin, Viacheslav Kóstikov, por su parte, se mostró indignado por los intentos de "subestimar el papel de Rusia" y de "poner en duda la capacidad de los cascos azules rusos", los cuales podrían ver ampliado su número, según anunció el viceministro de Exteriores, Vitali Churkin.

"Se crea la 1, mpresión", prosiguió el jefe de prensa de Yelt sin, "de que la OTAN, a pesar de su retórica de paz, sigue es tando prisionera de la ideología de la guerra fría".El Gobierno alemán está de acuerdo en principio" con la propuesta de Yeltsin, anunció ayer un portavoz en Bonn, aunque reclama que ésta sea "preparada con todas las precauciones".

Francia, por su parte, cree más efectiva la presión rusa sobre los serbios, la alemana sobre los croatas y la estadounidense sobre los musulmanes, que una nueva conferencia internacional,- pero se sumó al apoyo a los esfuerzos diplomáticos rusos.

Dee Dee Myers, portavoz de la Casa Blanca, acogió con reservas las propuesta rusa y se limitó a declarar que semejante encuentro, al más alto nivel, requiriría "mucha preparación", pero dejó la puerta abierta si más adelante se considerara que la cumbre sería "un paso adecuado" para pacificar la región.