Tinta eternamente fresca

Hank Jones Trio

Hank Jones (piano), Jesper Lungaard (contrabajo), Idris Muhammad (batería). CMU San Juan Evangelista. Madrid, 13 de febrero.

A sus 75 años de edad, Hank Jones equidista de todo y de todos. No necesita adscribirse a tendencias concretas; se mantiene a prudente distancia de cada una con la mirada serena, comprensiva y hasta algo pícara de quien las conoce a fondo, pero se sabe dueño de un modo mejor y personalísimo de entender el endiabladamente diversificado mundo del jazz. De hecho, parece un mago especializado en convertir, a golpe de tecla, lo falsamente complicado en sencillamente profundo. Una virtud sólo al alcance de los elegidos por el dios de la música.No hubiera venido mal tener a mano las Meditaciones de Marco Aurelio para seguir su espeluznante concierto madrileño. El principio defendido por ambos era el mismo: simplicidad. La música del pianista cayó sobre el público como una pluma, imprevisible en sus movimientos, pero con un vuelo ligero y vistoso. En compañía del contrabajista Jesper Lungaard, dueño de todas las virtudes que inculca la extraordinaria escuela danesa, e Idris Muhammad, sutil y matizado, Jones montó un riquísimo repertorio basado en clásicos como Lament, Round midnight o Speak low, y en piezas extraídas de su último disco, Upon reflection, dedicado a la música de su hermano Thad, ya fallecido. Al final, Hank Jones dejó una bellísima página musical escrita con dedos de terciopelo sobre un teclado que pareció más agradecido que nunca. La tinta permanecerá eternamente fresca.