Mala versión de un clásico

A finales de los años cuarenta, el dramaturgo, guionista y director norteamericano Garson Kanin escribe la comedia Nacida ayer para la conocida actriz Jean Arthur, pero por los habituales problemas teatrales acaba protagonizándola la casi debutante Judy Holliday. El éxito alcanzado en Broadway no sólo la consagra, sino que la convierte en la protagonista de la versión cinematográfica que poco después dirige el especialista George Cukor. Primera y más famosa de las tres comedias escritas por Garson Kanin y protagonizadas por Judy Hollyday que George Cukor dirige para los estudios Columbia, las otras dos son Chica para matrimonio (1952) y La rubia fenómeno (1954). El único defecto de Nacida ayer (1950) es que en ningún momento deja olvidar su origen teatral. Sin embargo, le vale un Oscar a Judy Hollyday, la consagra como una estrella y convierte a la película en un clásico de la comedia norteamericana.Todo esto ha debido de pesar mucho cuando el matrimonio integrado por la brillante Melanie Griffith y el anodino Don Johnson decide protagonizar una nueva versión de Nacida ayer, pero se equivoca al elegir al director. Todos los esfuerzos de esta mala nueva versión de un clásico están dirigidos a airear la historia, el guionista Douglas McGrath no pierde oportunidad de sacar a sus protagonistas del lujoso hotel de Washington donde transcurre la acción de la obra original,. pero han descuidado los múltiples y complejos aspectos que envuelven a una comedia apoyada en el diálogo.

Sigue vigente la historia del multimillonario norteamericano que llega a Washington en unión de su atractiva pero inculta amante para resolver algunos negocios sucios y contrata a un periodista para que le enseñe a comportarse en sociedad. Su problema es que nunca ha sido gran cosa y para sacarle fruto necesita unos intérpretes excepcionales y un gran director.

Realizador mediocre

Mientras Judy Hollyday, William Holden y Broderick Crawford dirigidos por George Cukor forman un equipo perfecto, no ocurre lo mismo con los integrantes de ésta nueva versión. En primer lugar, porque el realizador mexicano Luis Mandoki, instalado en Hollywood desde mediados de los años ochenta, es bastante mediocre, tal como demuestra aquí al no encontrar el ritmo adecuado, y también en Pasión sin barreras (1991) y Gaby (1987). Y también porque John Goodman y Don Johnson son unos actores muy limitados, y lo parecen aún más en sus manos.Por el contrario, Melanie Griffith es una excelente actriz, todavía mejor que Judy Hollyday, pero se encuentra completamente abandonada por el inexperto director y sus irregulares compañeros de reparto, y nunca ganará un Oscar por este papel. Además, en nada le ayuda el doblaje castellano, que, como en su día ya hizo con Judy Hollyday, insiste en ponerle voz de tonta a su personaje en lugar de hablar como la ingenua e inculta que en realidad es, desvirtuando bastante su sentido.