Especializarse en el Tercer Mundo

La potenciación o la inauguración de centros en capitales de países desarrollados, como la reciente adquisición de un céntrico edificio en Bruselas, no suscita la unanimidad entre los responsables de la difusión de la cultura española en el extranjero. "Aquel que desee. aprender el español o conocer mejor nuestra cultura", señala un diplomático que pide permanecer en el anonimato, "posee en Viena o en Bruselas numerosas escuelas de idiomas, alguna librería, y hasta TVE por cable o antena parabólica". "Mientras nuestros medios sean limitados debemos atender sólo a aquellos que no pueden venir hacia nosotros, es decir, concentrarnos en el Tercer Mundo o en Europa oriental, donde hay a veces una gran sed de cultura pero poco dinero para saciarla".En resumen, hay que elegir qué centros se pueden mantener o buscar socios con medios financieros con los que sacar adelante el proyecto del Cervantes. Con la franqueza que le caracteriza, el secretario de Estado de Cooperación, Inocencio Arias, que preside además el consejo de administración del instituto, reconoce que se trata de "un proyecto ambicioso pero que ha nacido en el peor momento presupuestario". Quizá, sueñan algunos en voz alta, para poder rivalizar con Alemania y Francia la solución sea transformar los centros españoles en hispanoamericanos y pedir aportaciones a México, Argentina, etcétera, a cambio de difundir mejor su cultura, contratar a sus nacionales para tareas administrativas y docentes y asociarles a la gestión. "Es aún pronto", contesta Arias, "acaso dentro de 10 o 15 años estemos todos maduros".