Un hombre tala sin licencia 50 árboles en una finca
Miguel Santillán Garabatea ya, había cortado en pedazos unos 50 árboles del más de un centenar que crecían en una finca en San Blas, cuando la Patrulla Verde le detuvo. La patrulla sorprendió el miércoles pasado a Santillán, vecino de Cadalso de los Vidrios (2.000 habitantes), en una finca de la calle del Conde de Torroja, plagada de arizónicas. Según la Policía Municipal, cortó los árboles con una motosierra. Ayer fue puesto en libertad.La tala fue paralizada, una vez sorprendido Santillán, por la concejal de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, quien ha manifestado: "Por lo que he visto hasta ahora, carecen de licencia de. obras". El dueño de la finca pretende construir, al parecer, algunas naves. Se ha abierto un expediente del que pueden derivarse sanciones. Según Aguirre, el último responsable del incumplimiento de la ordenanza será el propietario de los terrenos.
Miguel Santillán ha manifestado que le contrató un vecino apodado El Portugués, que se dedica al vallado de obras, quien a su vez recibió del dueño de la finca el encargo de desbrozarla. Este periódico ha intentado localizar, sin éxito, a El Portugués y al propietario de la finca.
Santillán, albañil y casado con una dominicana nacionalizada española, con dos hijos, se desplazó el miércoles por la mañana con El Portugués hasta la parcela e inició la tala, según explicaba ayer por la tarde en su pueblo. "Yo no sabía ni adónde iba, a mí me buscaron", concluyó. El presunto talador, en paro, se dedica a "las chapuzas que salen para ir tirando".
Cuando fue requerido por la Patrulla Verde refirió que necesitaba la madera para un taller, según fuentes oficiales. Sin embargo, en declaraciones a EL PAíS, ha negado este extremo. "A mí me contrataron sólo para cortar la madera. Yo ni s 1 quiera los talé, antes vino una excavadora y los arrancó de cuajo". Sí admite, no obstante, que él partió en pedazos los troncos.
Técnicos de Parques y Jardines evaluaban ayer los daños. Para obtener la licencia para la tala es necesario comprometerse a trasplantar o repoblar los árboles a suprimir.
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