Menú machista

A un restaurante de Madrid, de cuyo nombre..., nos fuimos a cenar mi novio y yo por recomendación de unos buenos amigos. El sitio estaba decorado con bastante gusto, pero el ambiente adolecía un tanto de esnobismo y cursilería. A nosotros debieron vernos pinta de proletas porque no nos quitaron los abrigos para llevarlos al ropero, como hacían con el resto de los comensales.Nos reparten los menús, y observo con extrañeza que el mío no tenla los precios anotados cuando el de mi amigo sí. Él piensa, muy razonablemente, que debe tratarse de un error de imprenta; pero yo, más sibilina o más sensible ante las estupideces sexistas, comienzo a sospechar que el menú que reparten a todas las mujeres del local no tiene los precios. Cerramos la carta y comprobamos que, efectivamente, los lomos tienen un color distinto, rojo para ella, negro para él.

¡En estos tiempos ... ! ¡Por favor! Me parece indignante. ¿Qué quiere decir esta absurda presunción de que es mejor que la mujer ignore los precios de lo que consume? ¿Acaso está el hombre obligado a pagar siempre? ¿0 es que, a lo mejor, se nos considera a las mujeres tan limitaditas como para aturullarnos con las cifras y no saber qué pedir finalmente para comer?

El camarero sólo aceptó darme el menú masculino cuando le aseguré que era yo quien pagaba; más que nada, tenía la estúpida curiosidad de saber si me iban a cobrar 5.000 pesetas por la sopa de cebolla.-