Los expertos constatan que en España se lee menos que en Europa

Todo el mundo parece estar de acuerdo en que en España se lee menos que en Europa, y que lo ya conquistado se mantiene en un equilibrio, precario, bajo la presión de fuertes rivales, como la imagen. Sin embargo, un seminario de expertos reunido esta semana en Madrid no ha podido ahondar en las causas profundas, ni mucho menos pronosticar lo que puede llegar a ocurrir. La necesidad de mejorar y ampliar el número de bibliotecas, así como la promoción de los escritores y la supervivencia de los pequeños y medianos editores, han sido algunas de las conclusiones de este seminario sobre La sociedad lectora.

El seminario La sociedad lectora, patrocinado por el Ministerio de Cultura y organizado por el Círculo de Lectores, estableció que, aunque ha aumentado en España el número de títulos y tiradas de la literatura infantil, la práctica de la lectura disminuye en la adolescencia.El libro es el medio audiovisual más sofisticado que existe escribió una vez lsaac Asimov. ningún otro entra en funcionamiento con la simple voluntad del usuario, que retrocede y avanza en él (y en el tiempo) con igual facilidad, a la vez que consigue el mayor grado de nitidez (en la imaginación). Felicidad Orquín, que recordó este homenaje al libro y fue la responsable de la ponencia sobre la lectura infantil, hizo hincapié en lo inútil que resulta hablar de los cambios en los hábitos de lectura sin hablar primero de los cambios más profundos de la sociedad. "La crisis de la lectura es un reflejo de una crisis más global", dijo, no sin antes recordar ciertos estudios que demuestran un retroceso en la capacidad de comprensión de la lectura en los escolares: a los 10 años, los españoles ocuparon el puesto 16% sobre 31 países estudiados, en la comprensión de textos narrativos, y a los 14 ocuparon el 23º.

"¿Queremos realmente potenciar una sociedad lectora o una sociedad consumidora de objetos culturales?", se preguntó. Especialista en literatura infantil, Orquín lamentó la sustitución de asesores preparados por "promotores salerosos", y el abandono de la labor familiar en favor de la escuela, que a su vez renuncia a crear lectores y tiende a reducir la lectura a su posible utilidad; ello conduce a un "nuevo tipo de analfabetismo".

Según estadísticas aportadas por María José Ramírez Lafita, en España los jóvenes acuden más a medios escritos que los de más edad, las personas preparadas intelectualmente más que los que no lo están y las mujeres jóvenes más que los hombres, con lo que se deduce que son las más beneficiadas del acceso a la educación.

La lectura individualiza y provoca la reflexión, dijo el sociólogo Juan Avelló, "conmueve desde dentro del propio sujeto, que se ve obligado a usar de su imaginación". En cambio, a través de las imágenes y los sonidos, las emociones se contagian tanto como la piedad o la risa.

"Nunca como hoy la denominación de lector ha coincidido menos con la de público comprador de libros", dijo Rafael Martínez Alés, director de Alianza Editorial, quien recordó una frase de Diderot: "Un error que por inadvertencia veo cometer constantemente a quienes se dejan gobernar por máximas generales es aplicar los principios de una manufactura de tejidos a la edición de un libro".