El Gobierno egipcio buscará el retorno de los deportados para desactivar al integrismo

El Gobierno de Egipto, empeñado en impedir que la crisis de los deportados palestinos provoque un nueva fricción con la oposición musulmana, ha dicho que no escatimará ningún esfuerzo hasta lograr el retorno de los 396 desterrados. La declaración, formulada por el ministro de Exteriores, Amr Mussa, sale al paso del evidente descontento popular por la posición oficial de El Cairo y la intensificación de las críticas palestinas hacia el Gobierno de Hosni Mubarak.

Mussa, en una entrevista con EL PAÍS, manifiesta que El Cairo insistirá en la plena aplicación de la resolución 799 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pero apunta que existen "aspectos positivos" en la propuesta israelí de un retorno gradual de los desterrados a Líbano. "Los principios que guían la política egipcia son claros: la resolución 799 debe ser respetada y cumplida", dice Mussa, al tiempo que indica que la oferta formulada por el Gobierno de Isaac Rabin de autorizar el retorno de un centenar de deportados implica un compromiso de ampliarla gradualmente.Egipto, agrega, está en contacto con el Gobierno de Rabin sobre este caso y ha obtenido garantías de que Israel ya no propondrá que los, deportados sean trasladados a un tercer país. "Hemos logrado fijar la dirección del retorno. Los deportados deben volver a sus hogares en los territorios ocupados", afirma.

Mussa dice que Egipto, el único país árabe que mantiene relaciones diplomáticas con Israel, "no está actuando como puente" entre el Gobierno de Rabin y los palestinos, y reitera que El Cairo "se mantiene fiel al espíritu de la resolución 799 y a la necesidad de continuar con el proceso de paz en Oriente Próximo".

Acusaciones contra Mubarak

La declaración de Mussa se produce en momentos en que los desterrados y los militantes musulmanes egipcios están tratando de capitalizar lo que describen como la ambigüedad de El Cairo para acusar a Mubarak de actuar con demasiada suavidad frente a Israel. Abdel Aziz al Rantisi, líder y portavoz de los deportados, declaró el martes por la noche en el sur de Líbano que Egipto "va a tener que revisar sus cálculos políticos en esta crisis y, sobre todo, comprender la verdadera dimensión del problema de los palestinos".Dirigentes integristas egipcios han acusado al Gobierno de Mubarak de emprender una "conspiración del silencio" contra los deportados, y en los barrios más pobres de El Cairo han comenzado a aparecer pintadas que demandan la firme solidaridad egipcia con los "hermanos palestinos en el destierro bajo la ocupación". El creciente integrismo egipcio, que desarrolla desde hace meses una campaña contra el turismo occidental, volvió ayer a golpear: tres hombres lanzaron una bomba contra un autobús cerca de las pirámides de Giza. El ataque no causó víctimas.

Fuentes palestinas en Túnez han señalado que el presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, sostendrá entrevistas con miembros del Gobierno egipcio en El Cairo en los próximos días. Según esas fuentes, Arafat pedirá a sus interlocutores que adopten una postura más crítica con respecto a las deportaciones.