Mitterrand intenta convencer a Rabin de que negocie con la OLP

La relación de François Mitterrand con Israel es la de un amor imposible. El presidente francés es un profundo conocedor y admirador de la cultura judía al que las realidades políticas enfrentan una y otra vez con el Estado israelí. Mitterrand viajó ayer a Israel para convencer a los líderes laboristas, empezando por el primer ministro, Isaac Rabin, de la necesidad de un diálogo directo con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

En marzo de 1982, Mitterrand se convirtió en el primer jefe de Estado francés que ponía los pies en Jerusalén desde que en 1250 lo hiciera el rey San Luis. El iniciado ayer es el segundo viaje oficial al Estado hebreo del septuagenario presidente socialista.En 1982 Mitterrand pronunció en el Parlamento israelí un histórico discurso en el que predicó la necesidad de un reconocimiento mutuo entre el Estado hebreo y la OLP, y defendió el derecho de los palestinos a disponer de su propio Estado. Hoy, el presidente francés piensa que los avances son menos sólidos de lo que el proceso abierto por la Conferencia de Madrid da a entender.

Mitterrand piensa entrevistarse hoy en Jerusalén con Faisal al Huseini, la principal personalidad palestina de los territorios ocupados. La OLP desea también que el presidente converse mañana con su líder" Yasir Arafat. El lugar de ese probable encuentro sería Ammán, segunda escala en el viaje de Mitterrand.

Rabin afirmó ayer que considera a Francia "el segundo país más importante para Israel después de Estados Unidos", y adelantó que desea utilizar "en beneficio del actual proceso de paz" las buenas relaciones de París con las capitales árabes.

Actitud palestina

Los palestinos están dispuestos a suspender las actuales conversaciones con Israel, que se celebran en el marco de la Conferencia Internacional de Paz para Oriente Próximo, debido a la ausencia de progresos, advirtió el martes por la noche el líder de la Organización para la Liberación de Palestina, Yasir Arafat. "Las negociaciones han alcanzado un punto muerto", aseguró Arafat.