Los conservadores europeos rechazan la Europa a dos velocidades

Los cinco jefes de Gobierno del Partido Popular Europeo (PPE), que agrupa a los partidos democristianos y afines de los Doce, desean conseguir la ratificación del Tratado de Maastricht y la democratización de las instituciones europeas, y no son proclives a una Europa de dos distintas velocidades de integración monetaria.

Los primeros ministros alemán, belga, luxemburgués, holandés y griego se reunieron ayer en Bruselas con los presidentes y secretarios generales de los partidos miembros para preparar el congreso europeo del PPE, que se celebrará en Atenas del 11 al 13 de noviembre.

La llamada mini-cumbre de la democracia cristiana europea ha sido precedida por unas contundentes declaraciones del presidente del grupo parlamentario, Leo Tindemans, quien rechazó la firma de un protocolo anejo a Maastricht para contentar a los daneses.

También el presidente del PPE y ex primer ministro belga, Wilfried Martens, ha rechazado la renegociación del Tratado y ha defendido, en cambio, una aceleración de la Unión Europea.

El comunicado conjunto después de la reunión insistía en que "el Tratado de Maastricht sigue siendo un base sólida para la Unión Europea. Excluimos una renegociación del mismo".

El PPE desarrollará en Atenas algunas propuestas, que se dirigen más a intensificar el control parlamentario que a dar más poder a los Estados en la CE.

En su proyecto de organigrama europeo, el Consejo de Ministros queda identificado a una especie de Cámara Alta. La Comisión se convierte en el auténtico ejecutivo de la CE y el Parlamento Europeo deviene en el auténtico legislativo, papel que realiza el Consejo. Entre los asistentes españoles se hallaban José María Aznar y representantes del PNV y de Unió Democrática de Catalunya.