La polémica sobre el aborto

En primer lugar, señor ministro, si sólo las "perjudicadas" podemos hablar del aborto, no sé que hace usted hablando, pues no teníamos noticias de que usted fuese una "perjudicada", porque bien lo disimula. Y, en segundo lugar, sepa que nosotras sí tenemos en cuenta la opinión que los obispos y los médicos, mucho más preparados que usted -supongo-, tienen acerca del aborto, porque a no ser que usted sea obispo o médico -que creo que no lo es-, no puede, ni aun buscando el voto de las "perjudicadas" pontificar sobre un tema como éste. Sepa además que no nos "angustia" el estado de embarazo, que tiene un final tan feliz y gratificante, sino lo que realmente nos angustia y nos quita el sueño es la degradación moral en que se encuentran muchos de nuestros jóvenes gracias a la actuación, tantas veces descarada y otras solapada, de nuestro Gobierno. Eso sí que nos preocupa.- Ahora que la Iglesia católica, los médicos objetores de conciencia, las organizaciones parar religiosas de diverso pelaje y las asociaciones pro vida, se han vuelto a rasgar las vestiduras con la tímida reforma introducida por el Gobierno del PSOE en la ley de despenalización del aborto, pregunto: ¿a cuántos niños de la ex Yugoslavia o de Somalia están dispuestos a acoger en sus casas, si se confirma su llegada a España, esos que tanto defienden la vida a golpes de catecismo o los que lo hacen desde la sanidad pública, pero no desde sus consultas privadas?- Josefa Suárez Flores. Huelva.