Tokio se considera casi un fenómeno aislado

Los vaivenes de la bolsa japonesa empiezan a considerarse como un fenómeno aislado y de escasa incidencia en el resto de los mercados. El último derrumbe, con un 4,16%, apenas ha afectado a las demás bolsas, aunque ha conseguido frenar los intentos de mejora de muchas de ellas. Los 620 yenes que perdió Tokio acumulan un impresionante recorte del 40% desde que comenzó el ejercicio y dan la razón, hasta ahora en parte, a los analistas que pronosticaban una caída hasta el nivel de los 13.000 yenes. El cierre de estas primera sesión de la semana dejó al Nikkei en el 14.309.Los mercados europeos no pudieron contar con un clima favorable para mantener sus consolidaciones y los inversores procedieron a retirar los beneficios de los últimos días a toda prisa. Francfort perdió 1,43%, dejando así la puerta abierta a la consecución de nuevos mínimos anuales. En Londres se volvía al pesimismo de días anteriores y el índice FT 100 cayó 0,88%, al considerar los analistas que los avances previos habían tenido un carácter puramente técnico. París también se inclinó a la baja al ampliar el campo de sus preocupaciones a la reunión de Bundesbank de esta semana. El índice CAC 40 cedió 1,17%, en un ambiente en el que sigue predominando la indecisión por el referéndum sobre los acuerdos de Maastricht.

Wall Street sumó a sus problemas habituales el descenso en la construcción de nuevas viviendas de un 2,8% durante el mes de julio. No obstante, el mercado se mantuvo en torno al nivel del día anterior, e incluso al cierre recuperó las pérdidas de la víspera y llegó a subir 4,59 puntos hasta los 3.329,48, al valorar más el ligero avance que las encuestas otorgan al actual presidente.