Contradicciones entre Krabbe, que culpa al médico de su club, y su entrenador

La atleta alemana Katrin Krabbe y su entrenador, Thomas Springtein, se contradijeron en sus primeras declaraciones tras el doping, por Clenhuterol, un esteroide anabolizante, que se ha detectado a la ganadora de la medalla de oro en los 100 y los 200 metros en los Campeonatos del Mundo de Tokio 91. Mientras ella aludió a una prescripción médica, él asumió toda la responsabilidad.

"El doctor Bodo Seidel, de mi club de Neubrandeburg, nos recetó [Grit Breuer, subcampeona mundial de los 400 metros, y Manuela Derr, antigua campeona europea junior, han dado positivo, junto a ella, en el mismo control antidopaje de la federación alemana un fármaco denominado Spiropent, que sirve para desahogar las vías respiratorias, sin advertirnos de que contenía una sustancia prohibida por el Comité Olímpico Internacional. Lo he venido tomando desde el pasado 16 de abril. Me siento sorprendida y hundida" manifestó Krabbe al diario Bild. Sin embargo, el médico desmintió la versión de la atleta a través de la emisora de radio berlinesa SFB.Mientras tanto, el fiscal Berndt Sehmisch abrió un expediente a Springstein, el entrenador de Krabbe, Breuer y Derr, a quien se le podría imputar daño físico y violación de la ley que regula el consumo de medicamentos.

El propio técnico confesé que se. considera "culpable" de lo ocurrido por no haberse informado lo suficiente [Seidel sólo reconoció que Springstein le había consultado si el Clenbuterol figuraba o no en la lista negra del COI y que él le había respondido, equivocadamente, en sentido negativo] acerca de la naturaleza del producto descubierto en los análisis de orina de Krabbe, un esteroide anabolizante que fortalece la masa muscular, por lo que se lo hacía ingerir en épocas de entrenamientos intensivos. Incluso admitió que lo había obtenido por su cuenta en "el mercado negro".

En un momento dado de su conferencia de prensa, Springstein, apesadumbrado, no descartó. que este escándado suponga el fin de la carrera deportiva de Krabbe, quien, a sus 22 años, se arriesga a ser sancionada con una suspensión por cuatro temporadas.