Un Mig 29 alemán

Una comisión especial estudia en estos momentos alternativas al costoso Avión de Combate Europeo (EFA-AFE), y una de ellas es precisamente el Mig 29 soviético. La comisión hará públicas sus conclusiones antes del verano. El Gobierno alemán decidirá entonces si iniciar la producción del polémico avión europeo, cuyo proyecto, en el que participan también Italia, el Reino Unido y España, tiene un coste total de 60.000 millones de marcos.Pero Bonn ha puesto ahora su vista en otros competidores: el proyecto francés Rafale, el F-18 norteamericano, el JAS-Gripen sueco o el Mig 29 soviético. La Luftwaffe posee ya dos docenas de unidades del caza soviético, que son una herencia del Ejército de la ex RDA. Los pilotos alemanes, tras la unificación, no podían esconder los deseos de probar la máquina que teóricamente hubiera sido su adversario.

Optar por el Mig 29, sería, además, una excelente operación política, destinada a integrar al complejo militar industrial de la antigua URSS en el mercado occidental, abriéndole así perspectivas de futuro al margen del mercado negro y la exportación ilegal. Para Alemania, y para la OTAN, supondría también acceder al conocimiento tecnológico de los creadores de este aparato, que es uno de los mejores cazas que existen en estos momentos, con una gran manejabilidad.