El presidente advierte del riesgo de los nacionalismos

Felipe González manifestó ayer en Madrid su grave preocupación por la irracionalidad de "los nacionalismos exacerbados cuya meta es la consecucion de los estados-nación". González, afectado por los debates de la cumbre de Maastricht, hizo ayer una amplia referencia a la disgregación de la URSS y Yugoslavia durante su intervención en la apertura de los Encuentros sobre el Socialismo.El presidente del Gobierno afirmó que en la cumbre de Maastricht se jugaba aprovechar el momento histórico para dar un paso a la unión o asumir una vuelta a los nacionalismos en las políticas europeas. Esta afirmación la ilustró al señalar: "Ha ocurrido algo importante. Se estaban planteando problemas como la codecisión del Parlamento Europeo en algunas materias mientras se está rompiendo la URSS. Hacemos un esfuerzo de superación de los estados-nación con la unión europea y la explosión nacionalista empuja a hacer estados-nación".

Denunció la existencia de una corriente conservadora que se siente satisfecha por la explosión de la URSS" y precisó: "Existe una desconfianza hacia la URSS como potencia hegemónica" que se alegra de que "el impulso nacionalista" la debilite. González recalcó que la primera consecuencia negativa de ello es el freno al proceso de desarme. " Me parece un error histórico", añadió.

Sin embargo no se mostró del todo pesimista sobre el futuro a largo plazo de la URSS: "Espero que sea reciclable la liquidación de la unión. Seguramente va a haber un período de turbación, pero posteriormente se volverá a la reflexión".

De Yugoslavia, dijo: "Se deshace para rehacerse en una unidad suprema, pero se deshace sangrientamente". Y agregó: "Ligar la idea de población con la pertenencia a un territorio e introducir factores de exclusión y religiosos es una mezcla explosiva".