El invierno de los kurdos

El problema kurdo está todavía por resolver en su mayor parte, a pesar del último acuerdo táctico entre Bagdad y los principales partidos, del Kurdistán. Si el acuerdo funciona, la situación volverá al punto muerto de hace dos meses, después de que se rompieran las negociaciones para la autonomía kurda. (...) Sin embargo, existen menos esperanzas que nunca de alcanzar un acuerdo sobre auténtica autonomía. (...) Tampoco hay muchas esperanzas para el medio millón de refugiados kurdos que aún se encuentran bajo tiendas de campaña en las montañas y áreas fronterizas y que se enfrentan a un invierno amargo.La resistencia kurda se lamenta de que lo que EE UU desea es que la élite del país derroque a Sadam, no una rebelión de masas que parta de la periferia.

Se citan declaraciones de funcionarios de EE UU en las que afirman que "no nos interesa que las cosas se desenreden del todo".

Los cambios de esta semana en los líderes del país han hecho que algunos analistas conciban la esperanza de un golpe limpio en Bagdad, aunque no hay garantías de que éste ayude a los kurdos o shiíes. El reciente nombramiento como ministro de Defensa del carnicero de los kurdos, Al Majid, es una señal siniestra. Ha de observarse con tristeza que, en el grandioso diseño nuevo de Oriente Próximo, Irak no tiene un gran papel en tanto que sus oleadas internas de represión, luchas y hambre no se desborden más allá de sus fronteras. (...)

, 14 de noviembre