La única guerra legítima

"Perderemos la única guerra legítima en este planeta", afirmó ayer Cristina García-Orcoyen, si no se toman medidas para detener el deterioro del medio ambiente. En opinión de Kevin Lyonette, del WWF, se ha reaccionado ya al problema de la destrucción de la capa de ozono, pero todavía no se ha producido un reconocimiento de problemas como el excesivo uso de fuentes de agua, la defórestación o la erosión de la tierra.Según datos de Paolo Bifani, consultor de varios organismos internacionales, desde el iniclo de la agricultura moderna, hace 170 años, se han perdido 20 millones de kilómetros cuadrados de suelo arable en el planeta, que es una superficie mayor a la que actualmente se cultiva. Cada año se pierden entre cinco y siete hectáreas de tierra arable, 3.000 metros cuadrados de bosques cada segundo y de 10 a 20 especies cada día.

Bifani recordó que en EE UU se gastan anualmente 5.000 millones de dólares (50.000 millones de pesetas) en alimentos dietéticos para reducir el exceso de calorías, mientras que un 23% de la población mundial vive por debajo de la línea de pobreza.

Cuidar la Tierra presenta nueve principios para lograr una sociedad con un desarrollo sostenible: respetar y cuidar la comunidad de los seres vivientes; mejorar la calidad de vida humana; conservar la vitalidad y diversidad de la Tierra; disminuir los índices de agotamiento de los recursos no renovables; mantenerse dentro de la capacidad de carga de la Tierra; modificar las actitudes y las prácticas personales; permitir que las comunidades se encarguen de cuidar su propio medio ambiente; establecer un marco nacional para la integración del desarrollo, y formar una alianza mundial.

El giro hacia esas condiciones, según García-Orcoyen, puede darse porque una catástrofe obligue al mundo a cambiar de actitudes y estilos de vida; por un cambio lento producido a medida que sea más dificil vivir en la Tierra, o porque la sociedad cambie al comprender los principios del crecimiento sostenido.