Monopolio telefónico

El otro día me presentó la Telefónica una cuenta de dos meses por más de 100.000 pesetas. No habiendo hecho, ni yo ni mi mujer, llamadas por este valor en el periodo citado, pedimos una cuenta detallada para averigurar lo que nos corresponda realmente y para rechazar lo que no. La respuesta fue que, porque dichas llamadas se hicieron por vía automática, ni siquiera se registraron excepto como unidades utilizadas. O sea, los de Telefónica pueden pasar a cualquiera la factura que les dé la gana inventar, sin la más mínima prueba de uso, y el usuario puede elegir: pagar sin decir ni mu, o si no, siendo Telefónica un monopolio, perder el servicio del teléfono.A muchos extranjeros les gusta decir que nada funciona en España. Es una impresión superficial. Todo funciona perfectamente en beneficio de algunos, y el resto de la población puede comer pasteles. La excusa de Telefónica por no registrar los detalles de las llamadas es por respeto a la intimidad. Cuando uno abre una cuenta en un banco, el banco tiene que respetar la intimidad en cuanto a no revelar a terceros las transacciones del cliente. Si, por contraste, el banco no ofrece ninguna confirmación de tales transacciones, y al final del mes informa nada más del total de dinero que queda en la cuenta, destruyendo todos los talones, etcétera, que pudieran evidenciar cómo y por qué usted tiene ahora medio millón menos que lo que sus propios cálculos indican, apenas puede argumentar el banco que la falta de evidencia es por respeto a su intimidad.

Creo que todos los españoles irán al cielo por haber aguantado esto (y peor) tantos años, equiparando en su gesta al santo Job- .