El cordón umbilical

Con Pecado natural, Antonia Andreu rinde un homenaje a la generación que hizo de Warhol un mito, y esto tiene reflejos en la escenografía y los trajes, según la estética pop de los setenta, y en las baladas americanas en la composición de David Linton.Pero en el espectáculo la danza no consigue autonomía de expresión para que la plástica y la evocación sonora sean su apoyo; más bien al contrario. Andreu y sus tres compañeras recitan, sin color ni intensidad, un continuo discurso. Su restringido código de formas se repite sin aprovechamiento del material rítmico.

El estilo de danza busca un acercarniento ya imposible a los que fueron sus maestros: Merce Cunningham y T. Brown. Pero igual que los posmodernos americanos se han superado, esta tenaz coreógrafa debería cortar el cordón umbilical que la ata a su escuela para encontrar un lenguaje propio, ya que el poder de la imaginación fue también un mensaje importante de esa generación que tanto le influye.