El retrato del cura del año 2000 en el borrador del sínodo, dentro de la imagen más tradicional

, El cura del año 2000 debe estar psicológica y afectivamente equilibrado, formado en la cultura, la castidad, la obediencia y la pobreza. Éstas son algunas de las proposiciones contenidas en un primer borrador del sínodo de obispos que sobre el sacerdocio se celebra hasta el próximo fin de semana en Roma. El texto en cuestión está aún pendiente de enmiendas, que votan entre ayer y hoy los más de 200 obispos reunidos. Nadie duda en afirmar que las proposiciones finales no variarán sustancialmente de las del primer borrador, y que no habrá ningún cambio en el tema del celibato sacerdotal.

Pocas sorpresas se esperan ya de este sínodo, que ayer estuvo informativamente animado cuando en la sala de prensa vatícana comenzó a circular una copia en latín del primer borrador de proposiciones. En él se dice que el cura del 2000 debe tener por modelo la vida de Cristo y que "la obediencia madura" debe recordar al sacerdote que no puede ejercer el ministerio de Cristo si no es en comunión con la jerarquía.El texto no se olvida de los pobres. En este sentido, asegura que se debe luchar contra la pobreza inhumana, "de violencia ciega y de injusta esclavítud". Se previene, no obstante, contra adhesiones a "falsas ideologías", término utilizado habitualmente para no mencionar al marxismo por su nombre. Una imagen, como se comenta en algunos sectores eclesiásticos progresistas, dentro de la más absoluta tradición.

Entre las escasas novedades se reconoce, de modo general, el papel de la mujer en las tareas de la formación de estos sacerdotes. Se trata de que las mujeres enseñen de manera habitual en los seminarios que forman a estos curas del 2000, que deben enfrentarse al materialismo y al individualismo de la sociedad actual, según el documento, que descarta la flexibilización del celibato, tema que despertó intensos debates.

Nadie ha pedido la opcionalidad del celibato, aunque algunos han pedido una flexibilización sobre el acceso al sacerdocio de los viriprobati, laicos casados, que renuncian a mantener relaciones sexuales con su esposa, con la que en adelante deberán vivir como hermanos.

Se esperaba que el tema del celibato fuera a plantearse precisamente por parte de episcopados de países desarrollados, en los que existe crisis de vocaciones. Desde 1979 a 1989, aunque el número de candidatos al sacerdocio se incrementa en el Tercer Mundo, el número de curas ha disminuido en 16.505. La preocupación por este hecho hizo que los movimientos neoconservadores católicos previeran una especie de cruzada de los obispos americanos en favor de la flexíbilización del celibato.

Ello se sustenta en la publicidad que ha recibido la dimisión del arzobispo de Saint John's de Terranova (Canadá), Alphonsus Penney, quien declaró que el motivo de su abandono era que el 20% de los sacerdotes de su diócesis estaban presuntamente involucrados en casos de acoso sexual a menores. Cifras extraoficiales muestran que en Estados Unidos la Iglesia católica debería gastarse alrededor de 100 millones de dólares para llegar a acuerdos extraprocesales con las familias de los afectados por casosde acoso sexual de sacerdotes a menores, según recoge la revista 30 Giorni.