Suárez asegura que el CDS superará la crisis electoral

Adolfo Suárez, presidente del Centro Democrático y Social (CDS), manifestó ayer en Asturias que siguen intactas las posibilidades de que esta formación alcance acuerdos políticos con el PSOE y que en ningún momento había pensado retirarse de la política ya que ello solo depende "de los votos de los ciudadanos". En este sentido se mostró convencido de que el CDS no va a desaparecer sino que remontará los malos resultados que obtuvo en las últimos comicios. El líder centrista empezará una etapa de desplazamientos por toda España para entrar en contacto con los dirigentes regionales de su organización con vistas a la preparación de las elecciones autonómicas y municipales del próximo año empezando por el País Vasco cuyas elecciones se celebran el próximo mes de octubre.Suárez quiso ayer en la localidad asturiana de Perlora, en la fiesta regional del CDS, restar importancia a los problemas que aquejan a su partido desde que en las elecciones del pasado mes de octubre registró un notable descenso. El político centrista no fue explícito en relación con las negociaciones que está llevando a cabo con el PSOE para la reforma de la Ley Electoral, el Estatuto de RTVE y las reformas del servicio militar, de la Administración de Justicia y de las Administraciones Públicas. Suárez se limitó a señalar que todas las posibilidades de pacto están abiertas. Lo cierto es que en los próximos días estos acuerdos se materializarán existiendo ya textos firmes respecto a los dos primeros asuntos.

Adolfo Suárez se negó a aceptar que su partido no tenga un espacio político ya que "el electorado español es proclive a posiciones de centro" y que el objetivo principal del CDS consiste precisamente en recuperar el espacio electoral perdido por esta formación en los últimos comicios.

El político centrista continúa convencido de que la nueva orientación de su partido en relación con el partido del Gobierno dará resultados a medio plazo. En el diseño de los centristas es pieza fundamental la necesidad de que los ciudadanos perciban que el Gobierno acepta los postulados de su programa electoral.